Los puffs de almacenaje son una variante del puff rígido o puff cuadrado. Estos cumplen con una doble función: son cómodos para sentarse y también porque dentro de él hay espacio para poder guardar objetos o lo que tú quieras. De esta forma, nos ayuda a mantenernos organizados y tener más espacio para almacenar cosas.
Hay dos tipos de puffs de almacenaje: está el tipo arcón y el plegable. El tipo arcón tiene unos elementos metálicos que hace que la tapa no sea desmontable. Por su parte, con el plegable, se puede quitar la tapa acolchada por completo.
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El puff de almacenaje está pensado para guardar objetos. También, al ser una pieza multifuncional, permite que puedas colocarlo en cualquier lugar de la casa. Esos espacios vacíos debajo de las mesas o del escritorio podrán ser utilizados de forma útil. Ahorran muchísimo espacio y, para lugares pequeños, son perfectos.
Por el precio de una sola pieza obtienes un mueble multifuncional, decorativo y necesario para todo hogar. Suelen venir en colores llamativos o con estampados vistosos que le dan ese toque diferente a un ambiente cualquiera. Incluso, en el puff de almacenaje puedes guardar, revistas, mantas o ropa dependiendo de la estación del año en la que te encuentres.
Este tipo de puff es muy popular en las habitaciones de los niños porque permite tener organizados los juguetes sin crear un caos cada vez que se decidan a usarlos. También funciona en las habitaciones de los adolescentes, donde el orden debe prevalecer, pero también el toque decorativo y original que ofrece un puff.
Son funcionales para todo el hogar, pues suelen venir en diferentes tamaños, aunque son más conocidos los de forma cuadrada o rectangular. Son prácticos al momento de guardar cosas, pero cuando no es necesario para eso, es un asiento que combina con cualquier espacio de la casa.
El puff de almacenaje, al tener que ser un puff más rígido que los demás, viene hecho de madera y en su superficie está el asiento acolchado. Puedes colocarlo junto al sofá, extendiéndolo como un sillón cuando tengas visitas. Verás cómo en un segundo, dará un nuevo aire a tu casa y te sacarán de un apuro.
Por el espacio que ahorran y por su forma atractiva, son ideales para colocarlos en cualquier esquina de la casa. Puedes lograr un entorno clásico o moderno dependiendo de la pieza que elijas.
A diferencia de los puffs pera o los redondos, lo importante en los puffs de almacenaje es el tamaño y la calidad del material con el que está hecho. Por supuesto, estos no vienen rellenos de ningún material, son huecos y limpios. Además, al igual que los otros tipos de puffs, son cómodos y resistentes como asiento.
Los puffs de almacenaje cuentan con un acabado de poilipiel no poroso o con cuero sintético. En la tapa del mismo, se obtiene un estilo muy distinguido y confortable. Las medidas estándar de un puff de almacenaje cuadrado son de 38 de largo, 38 cm de ancho y 40 cm de alto. En cuanto a los de tamaño rectangular, pueden venir con 76 cm de largo, 37,5 de ancho y 40 cm de alto.
Suelen venir en juegos de varias unidades para que puedas dar un aspecto relajado pero cuidadoso a tus habitaciones. Al ser encastrables, tampoco los tendrás estorbando. Son trasportables y se mueven hacia cualquier sitio.
Dependiendo del material y el acabado con el que está hecho, el puff de almacenaje cuadrado puede conseguirse a partir de los 18 euros. Mientras, el de tamaño rectangular puede rondar los 40 euros.